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La maternidad y la paternidad en el mundo de firmas de abogados

Mucho se ha hablado del reto de la maternidad en la vida laboral, pero personalmente creo que este reto se vive de manera diferente, y de manera particular, sector por sector. El sector legal, y específicamente el mundo de firma/despacho, no se escapa de esta realidad.


La vida de firma es intensa, se trata de un mundo competitivo y exigente, y eso, de cara a un cambio físico y psicológico tan grande como la maternidad, implica un reto enorme para las mujeres. Sin embargo, es egoísta decir que es solo para las mujeres, porque los hombres (o las parejas) y las familias también se transforman, y un hijo se convierte en responsabilidad de los dos.


Los retos no llegan desde el momento que nace el bebé, sino desde el momento mismo de la concepción. Los cambios corporales traen molestias, en menor o mayor medida, y eso necesariamente afecta el trabajo. Mucho sueño, cansancio, dolores, náuseas, malestares osteomusculares y seguramente otros diferentes, dependiendo de cada cuerpo. A eso sumarle controles médicos mensuales, exámenes de laboratorio y diagnóstico y ejercicio (que si antes no se hacía ahora se vuelve fundamental). En resumen, estamos hablando de más tiempo dedicado a otras actividades y, en muchos casos, menos productividad.


Y ni hablar de cuando llega el bebe a casa. Adaptarse a esa nueva vida, a sus gustos y necesidades, a la lactancia, al sueño interrumpido… cada etapa del desarrollo trae sus cambios y por ende necesidades de adaptación, y repito, no es solo de la mamá, también del papá.
Todos estos cambios de vida, trasladados al escenario de firma de abogados, llevan a pensar que madres y padres requerirían de una consideración especial, y no por el solo hecho biológico de ser padres, sino por el rol que asumen dentro de la sociedad, y que necesariamente implica que su cerebro, su cuerpo y su atención ahora se divida en más frentes de trabajo.


De esta situación se han apropiado algunas firmas, tomando medidas para que, tanto los socios como los asociados, asuman con naturalidad esta fase. Algunos ejemplos locales (Colombia) e internacionales:

  1. ESPAÑA.
    Disminución de horas facturables exigidas en socias/asociadas embarazadas, cuatro meses antes de tener el bebé y hasta 4 meses después de reintegradas al mundo laboral.

    Interesante medida, porque les disminuye el estrés que genera la necesidad de facturar y permite que las mujeres puedan asumir con mayor tranquilidad fases muy retadoras de la maternidad. Sin embargo, ¿por qué dejar por fuera a los padres de la cobertura de esta medida? ¿acaso no estamos en una sociedad que lucha por la igualdad de género? ¿no creemos que estas medidas pueden ayudar a que muchos padres logren comprometerse plenamente en su rol?.
  1. COLOMBIA.
  • Períodos de licencia extendidos: si somos sinceros, un bebé de 4 meses[1] es tan indefenso y está tan necesitado de sus padres, y en especial de su mamá, como un bebe recién nacido. Extender los períodos de licencia para que mamás y bebés tengan mayor bienestar es algo que agradece toda la familia y que, sin duda, facilita mantener la lactancia al menos hasta los 6 meses. 
  • Posibilidad de que la madre trabaje medio tiempo con pago del 100% del salario, por un período determinado, y posibilidad de extender esta opción con un pago del 70% del salario, por un tiempo determinado adicional. 

Si bien estos ejemplos me llenan de esperanza en el trato equitativo (a diferentes condiciones, diferentes manejos), siento que estamos lejos de lograr facilitar la maternidad y la paternidad en el mundo de las firmas de abogados. 

Confío que sea una temática que se siga abordando en el mundo legal, para que la maternidad no sea vista como un freno en la carrera de las abogadas, como un obstáculo en su carrera por ser socias, y que, por el contrario, se valore como un acto de fortaleza y de valentía. También para que se permita a los padres compartir los deberes de la crianza y asumir tareas en igualdad de condiciones. 


[1] En Colombia las licencias de maternidad son de 16 semanas contadas a partir de la fecha de parto, salvo en partos prematuros.